Fumábamos tabaco y usábamos vestidos cortos

Fumábamos tabaco y usábamos vestidos cortos
callábamos los gritos de nuestras manos
tocando el piano de nuestras costillas
nos llenábamos la boca de duda y cerveza
después de aprender filosofía 
en la calle
nunca en el salón de clase
nos acostábamos en el pasto
hasta que se nos acalambrara el cuerpo
hasta pensarnos jardín
raíces 
si había agua en el piso brincábamos en ella
con ganas de beberla
apenas teníamos fuerza 
para seguir besándonos 
en medio de la gente que lleva prisa siempre
adentro de las iglesias que prohíben a dos mujeres amarse

ya no queremos jugar a las escondidas

fumábamos tabaco y usábamos vestidos cortos
hablábamos de música en el vagón del Metro
la mirada de los policías sobre nosotras
(sonaba un blues en su cabello)
la mirada de los hombres sobre nosotras
(Nina Simone - Four Women pasando por sus lunares) 
la amenaza de un extraño con golpearnos

My skin is black
My arms are long
My hair is woolly
My back is strong
Strong enough to take the pain
inflicted again and again

no cargábamos suéter
porque no había madre que nos recordara que debemos llevar uno
y por eso de que a la piel no hay que abrigarla tanto 
para sentir las caricias accidentales en el transporte
sabernos humanos que cruzan caminos
sentir el frío 
dejar que el sudor haga su recorrido
libremente
por el cuerpo que nos habita

con las botas sucias de caminos no acertados
y el cabello lleno de blues
nos echábamos a correr
era nuestro el instinto fugitivo de las enjauladas

ya no queremos cuidar que la ternura se convierta en rabia

nos dolía la espalda
por llevar el peso clavado en los pulmones
de las letras de mujeres del mar 
Storni sigue aquí 
en la sed
en la sal
en la marea de mi boca 
cuando le beso la memoria
tropezábamos borrachas con los muchachos de traje y reíamos
porque nos daba miedo la oscuridad,
salíamos de noche a buscar incendios

Fumábamos tabaco y usábamos vestidos cortos
en otro país estallaban bombas 
en el nuestro también
nos construimos un refugio
con nuestros propios cuerpos
un búnker con la palabra honrada
no dejemos entrar la guerra aquí
me dijo
y así fue como sobrevivimos al televisor
al dolor diario del mundo

cruzamos las puertas que gritaban
''sólo personal autorizado''
 y ahí, reinventamos el goce
el placer
el amor
cada vez
en cada puerta atravesada
ensanchando el diccionario 
descubriendo palabras nuevas
creando lenguajes para nombrarnos
de nuevo
sin sangre
quiero incendiarlo todo contigo
le dije 
y pusimos el fuego sobre lo que nos dolía

llevábamos las manos sucias de tanto acariciarnos 
la garganta reseca por decirnos 
te cuido
te acompaño
te quiero
te amo
te cielo
te bebo
te agua
te nazco 
te florezco
te pienso
te dibujo
te siento
te veo
te dedico mi único día libre de jornada laboral

¿de cuántas maneras podríamos decirnos que nos acompañamos, que nos queremos?

fuimos
dos perras callejeras buscando comida
en nuestros vórtices
una hierbita que florece en el asfalto
despreocupada, rítmica
dos niñas de agua sin cauce
buscando la montaña
en las pilas de basura de la ciudad monstruo
fuimos
dos memorias incendiarias
dos palabras incendiarias
dos mujeres incendiarias
y así vivíamos como si todos en el mundo fueran ciegos
menos nosotras
las que fumábamos tabaco y usábamos vestidos cortos
las que llevamos el corazón como bandera
las que nos vulneramos en la vía pública
las que soltamos el llanto porque todavía nos dejamos conmover
las sensibles
las intensas
las transgresoras
las prietas
las que nadie quiere ver
las que la gente quiere golpear 
las resilientes
las fuertes
las libres y salvajes como el sudor de nuestra espalda
nosotras
las otras
fuimos y seguimos siendo
la grieta 
la fisura
de la que brota rebeldía



*resistimos juntas*











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